domingo, 19 de septiembre de 2010

LA REPRESIÓN COMO RESPUESTA A LA RACIONALIDAD

Corporación Comité Universitario de Derechos Humanos
Gustavo Marulanda
"Resistir es la esperanza tras décadas de impunidad"


LA REPRESIÓN COMO RESPUESTA A LA RACIONALIDAD


Como bien es sabido, el día 15 de septiembre el Escuadrón Móvil Antidisturbios ingresó a las instalaciones de la Universidad de Antioquia materializando la represión, agudizada cada vez más en nuestra ciudad. Muchos de nosotros indignados y consternados veíamos cómo los estudiantes perdíamos un espacio donde podíamos debatir nuestras ideas, aunque en ocasiones con temor por la presencia de grupos militares y paramilitares que actúan de manera clandestina y que pretenden ahogar el Pensamiento Crítico Y Diverso al precio que sea necesario.


Muchas personas se preguntarán la razón por la cual los estudiantes sentimos indignación, rabia e impotencia con esta situación en el Alma Mater, pues al ser considerada como referente en cuanto a la universalidad del pensamiento, donde pueden confluir diferentes concepciones del mundo, cuyos debates más intensos deberían representar tan solo una lucha de ideas y de argumentos en vía de construir un mundo mejor, matizar las ideas más radicales y materializar las más convenientes para todos; se trata de realizar un ejercicio práctico de amistad entre los diferentes estudiantes alrededor de un tinto o de una intensa discusión, que finalmente busque el bien común, dejando a un costado la desigualdad, la represión y las viejas ideas de atropellar a quien piensa y actúa diferente a los lineamientos que desde las más altas esferas de nuestra sociedad pretenden que sigamos con los ojos vendados, sin ver más allá de nuestras narices; la Universidad es la respuesta contestaría, pero con argumentos, donde les gritamos a los enemigos de la pluralidad del pensamiento, a aquellos de doble moral, que somos sujetos críticos, que tenemos nuestras miradas más allá del cielo, pero con los pies en la tierra y que pretendemos hacer de este mundo un territorio cuyo bienestar esté dirigido hacia el bien común, aunque crean que nuestros sueños estén limitados en un punto ciego y nuestros pies no alcanzan a dar tres pasos por el barro que ahoga nuestros procesos políticos. Pero todo ello, se ha quedado corto, pues se está desvaneciendo en la represión más absurda, tonta, inhumana, fascista, mutiladora, engreída, sucia, animal, indeseada, inmunda, asquerosa, desalmada, cruel, brutal, despiadada, dura, feroz, implacable, sanguinaria, y un sinnúmero más de atribuciones que caracterizan la actuación de la brutalidad policial, partiendo de premisas falsas que legitiman su ingreso a la Universidad para golpear, reprimir y dirigirse en contra de la comunidad universitaria.

Frente a los hechos específicos acaecidos durante esta semana, es decir, la protesta legítima y pacífica llevada cabo por los estudiantes del Alma Mater, donde todas las personas que participaban de ella lo hacían como personas naturales, sin esconder su rostro, todos juntos en pie de lucha por algo en común que nos une, es decir, la respuesta negativa de la implementación de un agudizado control social por medio de la Tarjeta Integrada Personal (TIP), es necesario desmentir las versiones de algunos medios de comunicación; donde se señala que los estudiantes teníamos los rostros cubiertos, que además secuestraron por un instante a los funcionarios de la administración universitaria; acusaciones sin argumentos ya que el material visual y el pronunciamiento del Ministerio Público –Personería de Medellín- evidencia claramente que la comunidad universitaria se trasladó hacia el bloque administrativo en una acción normal que en la mayoría de las ocasiones suele realizarse, además se demuestra que no habían personas tapadas, y mucho menos intensiones de secuestrar al personal administrativo, simplemente fue una versión oscuramente manipulada para justificar el ingreso del ESMAD.

En estos personajes administrativos de la Universidad, como los describiera José Carlos Mariátegui, “con temperamentos burocráticos, sin alas y sin vértebras, orgánicamente apocados, acomodaticios y poltrones; espíritus de clase media, ramplones, huachafos, limitados y desiertos, sin grandes ambiciones ni grandes ideales, forjados para el horizonte Burgués, de una plenipotencia o de un alto cargo consultivo en una pingüe empresa capitalista. Estos intelectuales (si llegan a serlo) sin alta filiación ideológica, enamorados de tendencias aristocráticas y de doctrinas de élite, encariñados con reformas minúsculas y con diminutos ideales burocráticos,clientes y comensales del civilismo y la plutocracia, tienen un estigma peor que el del analfabetismo; tienen el estigma de la mediocridad. Son los intelectuales de panteón. Al lado de ésta gente escéptica, de gente negativa, con fobia del pueblo y fobia de la muchedumbre, maniática de estetismo y de decadentismo.”, en ellos recae la responsabilidad de los atropellos cometidos por la brutalidad policial, en su afán de implementar medios de control social que no hacen más que dirigir la Universidad a ser un espacio de homogenización de las personas, donde todo aquel que piense diferente será señalado y reprendido por la violencia Estatal, realizando un seguimiento minucioso de todo lo que hacemos en nuestra cotidianidad por medio de mecanismos electrónicos como el chip de la TIP.

Y aunque en renglones anteriores, consciente o inconscientemente pero certera, se intenta adjudicar la responsabilidad de lo que ha ocurrido, creemos que nosotros como estudiantes de la Universidad de Antioquia debemos realizar una autoevaluación del movimiento estudiantil, pues esta última experiencia nos deja entrever las limitaciones y el nivel consciente de nuestras luchas, al igual que el aspecto organizativo, en tanto se nos demostró que es necesario crear alternativas y soluciones que permitan el fortalecimiento de los estudiantes como sector que reivindica un mundo mejor y que permita darle respuesta a este tipo de dinámicas de una manera más eficaz y organizada, ahora más que nunca se nos impone la tarea de elevar a un nivel consciente todos estos levantamientos espontáneos, es decir, pasar de luchas netamente coyunturales a conquistas políticas y a procesos organizativos caracterizados por la politización en medio del embrión espontáneo como chispa de las protestas sociales.

En este sentido, no es tiempo de sentarse a derramar lágrimas, sino que por el contrario, debemos alentarnos y dar nuevamente marcha hacia adelante, porque abatirse está permitido, pero levantarse es obligatorio, debemos demostrar nuestra capacidad política poniendo en marcha nuestras ideas que aunque sean en ocasiones contrarias, nutren el movimiento estudiantil, es tiempo de unirnos como estudiantes y volver a ser esa gran máquina de ideas nuevas y expresiones soñadoras, y si bien la fuerza pública ha ingresado a la universidad vulnerando todos nuestros Derechos, es hora de asumirnos como sujetos políticos, demostrando que las calles de nuestra ciudad también pueden ser nuestras “trincheras” de debate consciente y de politización mutua, que no necesitamos ni dependemos de un espacio para luchar por un bienestar social, sin perder de vista que es necesario recuperar nuestra universidad como espacio que debe ser respetado por los depredadores del Estado, esos mismos que nos reprimen por el miedo que nos tienen, por el miedo a nuestra capacidad política.



"porque es hora de superar esta cárcel con nombre de país, para construir un país en el que las cárceles sean amargo recuerdo"


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